Estados Unidos empieza mover piezas en el Sahara Occidental. Y lo hace en materia de derechos humanos a través de un proyecto de resolución que ha puesto a Marruecos a tiritar en cuestión solo de una semana. EEUU pretende con esta iniciativa que la MINURSO (La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) incluya en su mandato la supervisión de la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental, en los campamentos de refugiados de Tinduf y en las zonas saharauis bajo control del Polisario. La resolución está siendo debatida por el llamado Grupo de Amigos del Sahara Occidental (EEUU, Francia, Reino Unidos, España y Rusia) y será votada el día 25 por el Consejo de Seguridad de la ONU. La MINURSO es la única misión de paz del mundo que no tiene competencias en materia de derechos humanos y está presente en el territorio desde 1991, a raíz del alto el fuego entre el Polisario y Marruecos. Aunque ya hay medios de comunicación que aseguran que finalmente organismos de las Naciones Unidas diferentes e independientes de la MINURSO serán los encargados de supervisar los derechos humanos, un “rectificación” de EEUU, por la oposición de España y Francia al proyecto inicial.
El hecho de que Washington formalice esta petición, es ya un paso no solo positivo para los saharauis, sino que es sin parangón, e incluso podría marcar un punto de inflexión en este conflicto que dura ya cerca de 40 años. Es la primera vez que un país miembro permanente del Consejo de Seguridad hace suyas las innumerables quejas de las diferentes ONG en defensa de los derechos humanos, que año tras año e informe tras otro exigen que se respeten los derechos humanos en el Sahara Occidental y que haya un mecanismo independiente para su protección.
Pero tal vez, la ONG a la que se le prestó mayor atención en cuanto a sus conclusiones haya sido la del Centro Robert Kennedy, que efectuó una visita el pasado mes de agosto al Sahara Occidental y a los campamentos de Tinduf. La organización que dirige Kerry Kennedy cuenta con estrechos vínculos con el Partido Demócrata en EE UU, y en especial con John Kerry, el secretario de Estado norteamericano. Aunque este último ya en 2001, siendo aún senador por Massachusetts, junto con otros tres senadores demócratas enviaron una carta firmada al, entonces, secretario de Estado, Colin Powell, pidiendo el regreso de EE.UU a la posición original de la ONU por la que el pueblo saharaui tiene derecho a un referéndum justo y libre.
Esta decisión de la administración de Obama, ha hecho que estos días Marruecos ponga el grito en el cielo y tome decisiones tan radicales a la par que precipitadas. El reino alauí ha suprimido por ejemplo las maniobras militares conjuntas con las fuerzas armadas norteamericanas conocidas como African Lion 2013 previstas para finales de mes. Además ha retirado todas las banderas marroquíes que rodeaban el cuartel general de la MINURSO en el Sahara Occidental, así como también realiza una ronda de conversaciones por los cinco países permanente del Consejo de Seguridad, con la finalidad de persuadirles para que no voten a favor de la propuesta estadounidense. ¿A qué teme Marruecos?
Si el Consejo de Seguridad de la ONU da luz verde a la MINURSO en materia de derechos humanos, el conflicto saharaui pasaría del actual Capítulo VI – solución a través de las medidas políticas y negociaciones- al temido Capítulo VII– que permite el uso de la fuerza militar-; y por consiguiente si Marruecos continúa con sus violaciones de los derechos humanos, imposibilitando con ello el libre registro de las ONG en el Sahara Occidental, la MINURSO puede solicitar protección militar a los ciudadanos que se manifiestan libremente, y con ello recorrería al citado Capítulo VII; y con eso Marruecos es consciente que pierde en gran parte lo que él llama «soberanía sobre las zonas del sur”. (Es harto sabido que ningún país del mundo reconoce la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental).
Marruecos sostiene a lo largo de estos años que los saharauis en Tinduf no son refugiados sino “secuestrados”, por ello llama mucho ahora la atención que caiga en contradicción y que con gestos desesperados intente impedir que la MINURSO supervise también los derechos humanos en las zonas bajo control del Polisario.
De hecho, el actual consejero del Rey Mohamed VI, y exministro de Asunto Exteriores, Taieb Fassi-Fihri solicitó en 2011, durante la negación con el Frente Polisario, “la creación de un mecanismo de protección de los derechos de los saharauis en los campamentos de refugiados hace 30 años”. Llama la atención que ahora él es quien encabeza la delegación de su país que visita las capitales de los países del Consejo de Seguridad para persuadirles para no votar a favor de la resolución norteamericana.
Como colofón a este artículo me gustaría hacer otra pregunta, y en esa ocasión al Polisario. Por qué en estos momentos tan sensibles, aún no hay representante diplomático saharaui en las oficinas de Washington ¿Dónde está Mohamed Yeslem Beissat? Desde octubre solo está el subdelegado. Las razones personales y políticas hay que dejarla a parte y aprovechar la actual coyuntura política para sacar un mayor rédito político y hacer que nuestra causa sea más visible que nunca.